Introducción
Si algo tenemos claro es que los combustibles fósiles no van
a durar siempre. Por su propia naturaleza, sabemos que en algún momento
empezarán a escasear, su precio aumentará por la disminución de la oferta y
finalmente, se agotarán. O al menos, no será rentable su extracción como fuente
de energía.
Por tanto, es lógico que se presenten alternativas para sustituir
los combustibles actuales por otros cuyo fin no esté próximo.
Algunas de estas alternativas son los diversos gases
combustibles como son el GLP o GNC, que presenta diversas características
interesantes por su precio y sus menores emisiones que los típicos combustibles
fósiles como el gasoil o gasolina. Sin embargo, realmente ocurre lo mismo que
los otros y en algún momento tendrán que acabarse.
El hidrógeno también se ha probado como sustituto, pero
presenta ciertos problemas de seguridad y es delicado a la hora de llevarlo en
un vehículo que a su vez transporte personas, pues siempre tiene un cierto
riesgo de explosión. Tal vez en un futuro pueda ser más común su uso, pero
hasta ahora su presencia es muy minoritaria.
Sin embargo, en los últimos años, la enorme mejora en la
tecnología de las baterías eléctricas ha permitido que los coches eléctricos se
presenten como una alternativa económica y ecológica respecto a los automóviles
de combustión. O al menos eso es lo que nos han dicho.
Como antecedente de vehículos eléctricos tenemos a los
coches híbridos que tienen un motor térmico que actúa como propulsor o
generador de electricidad, en conjunto con un motor eléctrico que permite
ayudar o incluso sustituir al motor térmico, de forma que en ciertos momentos
puede funcionar como un vehículo eléctrico.
Los híbridos enchufables, poseen una batería de mayor tamaño
que los híbridos clásicos, lo que les permite una autonomía en modo eléctrico
mayor, del orden de 50 a 60 Km, o incluso más. Además, pueden circular mediante
el motor térmico, que también se aprovecha como generador eléctrico recargando
las baterías a base de quemar gasolina (o gasoil)
El vehículo eléctrico puro, en cambio, solamente dispone de
uno o más motores eléctricos que impulsan el coche, motores que son abastecidos
de energía desde las propias baterías que el vehículo incorpora. La única forma
de cargar esas baterías es a través de una conexión eléctrica a la red que le
permite aportar la energía suficiente para poder mover el vehículo.
En este informe recopilaremos una serie de datos, todos
ellos de fuentes contrastadas, y mediante una hoja de cálculo que se incluye
como anexo, se realizarán los cálculos necesarios para lograr una serie de
conclusiones que creemos que serán interesantes para cualquiera que tenga
interés en este tema, bien sea por curiosidad o por estar ante la disyuntiva de
comprar un vehículo de combustión, híbrido o eléctrico.
No se trata de postularse a favor o en contra de uno u otro
tipo de vehículo, simplemente de aportar una serie de datos que el lector podrá
contrastar e incluso modificar si no los considera correctos. De esta forma,
llegaremos a una serie de conclusiones que
en cualquier caso, podrán ser sometidas a debate, pues la gran cantidad
de variables que se han considerado, bien pudieran no ser correctas en todos
sus términos, y en cualquier caso, dependiendo de las necesidades de uso de
cada posible usuario, podría ser que no deban ser consideradas para todos de
igual forma.
Los coches elegidos para evaluar
La oferta de vehículos en España es realmente extensísima,
con multitud de marcas, modelos, versiones, revisiones, motorizaciones, etc. No
es posible en este estudio abarcar todas ellas, como es lógico, pero tampoco es
nuestra intención.
Se trata simplemente de tomar como ejemplos algunos de los
modelos más populares de coches compactos de tamaño medio, gasolina, diésel,
híbridos y eléctricos.
Se han elegido aquellas marcas de las que se disponía
información fácilmente acerca de precios de compra, precios de mantenimiento,
precios de segunda mano, etc.
Por supuesto, que hay coches que gastan más, que gastan
menos, más grandes o pequeños, que tienen más equipamiento y muchos otros
aspectos que se podrían tener en cuenta, pero hemos elegido estos por la
facilidad para encontrar la información necesaria sobre ellos.
Para lo que se pretende estudiar no es crucial el modelo
concreto o qué equipamiento lleva.
Por ejemplo, los coches eléctricos suelen estar bastante
equipados, con todo tipo de seguridad y ayudas, como conducción asistida,
navegación GPS, etc, Otros modelos de combustible pueden equiparlos igualmente,
pero no serían ya los más representativos de cada gama. En cualquier caso, como
por ejemplo el Nissan Leaf, cuya versión más básica ya incorpora muchos de
estos extras, el lector puede eliminar de su precio de compra lo que crea
conveniente sobre el valor de estos accesorios, pero es que realmente no está
disponible sin ellos. Otra opción es incluir como opciones en los coches no
eléctricos los extras que sí incluyen los eléctricos, aumentando así su precio
de compra, y posiblemente también su precio de venta como vehículo de segunda
mano, pero es un ejercicio que dejamos para el lector, si lo cree conveniente.
Vehículos que se utilizarán en este informe |
Metodología
En este estudio queremos evaluar diversos aspectos
relacionados con los costes propios de la compra y utilización de los coches.
En primer lugar, tenemos que considerar el precio de compra.
Hemos optado por versiones intermedias de todos los modelos. No todos tienen el
mismo equipamiento ni las mismas prestaciones. Configurar con total igualdad
los modelos es complicado y realmente no aportaría mucha diferencia final, como
veremos más adelante. El precio de compra, es un elemento muy importante en la
compra de un vehículo, pero realmente no lo es todo, especialmente cuando el
número de kilómetros a realizar aumenta, ya que en ese momento los costes de
combustible o mantenimiento son muy importantes.
Otro aspecto que se suele tener en cuenta en la compra de un
coche es el consumo de combustible. Para la valoración de este punto hemos
utilizado la base de datos del programa
Spritmonitor. Este programa es utilizado por usuarios de todo el mundo en el
que introducen los datos reales de consumo de su vehículo según los repostajes.
Creemos que este sistema de valorar los consumos es bastante acertado, pues
incluye los consumos reales en su día a día de cada usuario. A nivel agregado
permite hacerse una composición bastante aproximada según el uso medio que
puede hacer un usuario normal. Por supuesto, los que hagan un uso intensivo
por ciudad, por autopista, o que no se
ajuste a la media, tendría que tener en cuenta ese aspecto, pero lógicamente,
tenemos que basarnos en datos medios, no es posible hacer un estudio particular
según su uso.
Por ejemplo, un coche híbrido es muy eficiente en ciudad,
especialmente respecto a un diésel, pero este último rebaja bastante los
consumos en autovía respecto a un híbrido, y por supuesto bastante más sobre un
gasolina puro.
No tenemos en cuenta los consumos homologados anunciados por
los fabricantes porque como todos sabemos, son pruebas bajo el ciclo NEDC que
no refleja la realidad ni siquiera de forma aproximada.
Consumos a los 100 Km |
Uno de los datos que no se suelen tener en cuenta a la hora
de evaluar la compra de un vehículo es el gasto en mantenimiento. Sin embargo,
no es un gasto menor, ya que a lo largo de la vida del vehículo puede suponer
bastante diferencia de unos modelos a otros.
Este dato lo hemos obtenido de los programas de
mantenimiento que proporcionan los fabricantes. Por ejemplo Toyota proporciona
una programación de mantenimiento para todos sus modelos cada 15 ó 20.000, de
forma que es sencillo obtener los gastos en mantenimiento que vamos a tener a
lo largo de la vida del vehículo. Por supuesto, en este gasto no se incluyen
los mantenimientos no programados como cambios de ruedas, baterías auxiliares
(12v), frenos o posibles averías, que en cualquier caso están muy relacionadas
con el con el modo de conducción, o según el modelo concreto.
Un dato que puede generar cierta controversia es el relativo
al precio de venta como coche de segunda mano. Estos datos los hemos obtenido
de la página https://www.coches.com/super-tasador/
en la que se obtiene el valor en el mercado de segunda mano de un vehículo en
función de su año de fabricación y los Km realizados. Para este estudio hemos
establecido un valor de 15.000 Km anuales, que no siempre coincidirán con todos
los usuarios, lógicamente. En cualquier caso, como cifra orientativa, creo que
es bastante aceptable para los efectos de este informe. Los modelos de Hyundai
Ioniq, tanto el eléctrico como el híbrido no enchufable, debido a que son
relativamente nuevos no disponen de datos para ventas anteriores a 2017. Para
calcular el valor de segunda mano, hemos supuesto una depreciación similar a
modelos equivalentes, mediante una fórmula proporcional. Así para el modelo
híbrido hemos supuesto una depreciación similar al Toyota Auris, de forma que
el tanto por ciento que se devalúa año a año es igual a este modelo. Hemos
procedido de forma análoga para el Ioniq eléctrico, en este caso con
depreciaciones equivalentes al Nissan Leaf.
Entendemos que estas valoraciones no son necesariamente
reales, y por supuesto los precios de venta a igualdad de años y Km pueden ser
distintos según los casos, pero creemos que son valores representativos de lo
que puede valer un coche de esas características con esos años de vida.
Los precios de combustible son los aplicables a septiembre
de 2018. Como es lógico, estos datos varían constantemente, normalmente al
alza, con lo cual es quizá el dato más variable de todos los usados en el
cálculo.
Capítulo 2. La hoja de cálculo
Capítulo 2. La hoja de cálculo
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