martes, 11 de septiembre de 2018

Coches eléctricos vs convencionales. Capítulo 1. Introducción.


Introducción

Si algo tenemos claro es que los combustibles fósiles no van a durar siempre. Por su propia naturaleza, sabemos que en algún momento empezarán a escasear, su precio aumentará por la disminución de la oferta y finalmente, se agotarán. O al menos, no será rentable su extracción como fuente de energía.
Por tanto, es lógico que se presenten alternativas para sustituir los combustibles actuales por otros cuyo fin no esté próximo.

Algunas de estas alternativas son los diversos gases combustibles como son el GLP o GNC, que presenta diversas características interesantes por su precio y sus menores emisiones que los típicos combustibles fósiles como el gasoil o gasolina. Sin embargo, realmente ocurre lo mismo que los otros y en algún momento tendrán que acabarse.
El hidrógeno también se ha probado como sustituto, pero presenta ciertos problemas de seguridad y es delicado a la hora de llevarlo en un vehículo que a su vez transporte personas, pues siempre tiene un cierto riesgo de explosión. Tal vez en un futuro pueda ser más común su uso, pero hasta ahora su presencia es muy minoritaria.
Sin embargo, en los últimos años, la enorme mejora en la tecnología de las baterías eléctricas ha permitido que los coches eléctricos se presenten como una alternativa económica y ecológica respecto a los automóviles de combustión. O al menos eso es lo que nos han dicho.

Como antecedente de vehículos eléctricos tenemos a los coches híbridos que tienen un motor térmico que actúa como propulsor o generador de electricidad, en conjunto con un motor eléctrico que permite ayudar o incluso sustituir al motor térmico, de forma que en ciertos momentos puede funcionar como un vehículo eléctrico.
Los híbridos enchufables, poseen una batería de mayor tamaño que los híbridos clásicos, lo que les permite una autonomía en modo eléctrico mayor, del orden de 50 a 60 Km, o incluso más. Además, pueden circular mediante el motor térmico, que también se aprovecha como generador eléctrico recargando las baterías a base de quemar gasolina (o gasoil)
El vehículo eléctrico puro, en cambio, solamente dispone de uno o más motores eléctricos que impulsan el coche, motores que son abastecidos de energía desde las propias baterías que el vehículo incorpora. La única forma de cargar esas baterías es a través de una conexión eléctrica a la red que le permite aportar la energía suficiente para poder mover el vehículo.

En este informe recopilaremos una serie de datos, todos ellos de fuentes contrastadas, y mediante una hoja de cálculo que se incluye como anexo, se realizarán los cálculos necesarios para lograr una serie de conclusiones que creemos que serán interesantes para cualquiera que tenga interés en este tema, bien sea por curiosidad o por estar ante la disyuntiva de comprar un vehículo de combustión, híbrido o eléctrico.
No se trata de postularse a favor o en contra de uno u otro tipo de vehículo, simplemente de aportar una serie de datos que el lector podrá contrastar e incluso modificar si no los considera correctos. De esta forma, llegaremos a una serie de conclusiones que  en cualquier caso, podrán ser sometidas a debate, pues la gran cantidad de variables que se han considerado, bien pudieran no ser correctas en todos sus términos, y en cualquier caso, dependiendo de las necesidades de uso de cada posible usuario, podría ser que no deban ser consideradas para todos de igual forma. 

Los coches elegidos para evaluar

La oferta de vehículos en España es realmente extensísima, con multitud de marcas, modelos, versiones, revisiones, motorizaciones, etc. No es posible en este estudio abarcar todas ellas, como es lógico, pero tampoco es nuestra intención.
Se trata simplemente de tomar como ejemplos algunos de los modelos más populares de coches compactos de tamaño medio, gasolina, diésel, híbridos y eléctricos.
Se han elegido aquellas marcas de las que se disponía información fácilmente acerca de precios de compra, precios de mantenimiento, precios de segunda mano, etc.
Por supuesto, que hay coches que gastan más, que gastan menos, más grandes o pequeños, que tienen más equipamiento y muchos otros aspectos que se podrían tener en cuenta, pero hemos elegido estos por la facilidad para encontrar la información necesaria sobre ellos.

Para lo que se pretende estudiar no es crucial el modelo concreto o qué equipamiento lleva.
Por ejemplo, los coches eléctricos suelen estar bastante equipados, con todo tipo de seguridad y ayudas, como conducción asistida, navegación GPS, etc, Otros modelos de combustible pueden equiparlos igualmente, pero no serían ya los más representativos de cada gama. En cualquier caso, como por ejemplo el Nissan Leaf, cuya versión más básica ya incorpora muchos de estos extras, el lector puede eliminar de su precio de compra lo que crea conveniente sobre el valor de estos accesorios, pero es que realmente no está disponible sin ellos. Otra opción es incluir como opciones en los coches no eléctricos los extras que sí incluyen los eléctricos, aumentando así su precio de compra, y posiblemente también su precio de venta como vehículo de segunda mano, pero es un ejercicio que dejamos para el lector, si lo cree conveniente.


Vehículos que se utilizarán en este informe


Metodología

En este estudio queremos evaluar diversos aspectos relacionados con los costes propios de la compra y utilización de los coches.
En primer lugar, tenemos que considerar el precio de compra. Hemos optado por versiones intermedias de todos los modelos. No todos tienen el mismo equipamiento ni las mismas prestaciones. Configurar con total igualdad los modelos es complicado y realmente no aportaría mucha diferencia final, como veremos más adelante. El precio de compra, es un elemento muy importante en la compra de un vehículo, pero realmente no lo es todo, especialmente cuando el número de kilómetros a realizar aumenta, ya que en ese momento los costes de combustible o mantenimiento son muy importantes.

Otro aspecto que se suele tener en cuenta en la compra de un coche es el consumo de combustible. Para la valoración de este punto hemos utilizado la base de datos  del programa Spritmonitor. Este programa es utilizado por usuarios de todo el mundo en el que introducen los datos reales de consumo de su vehículo según los repostajes. Creemos que este sistema de valorar los consumos es bastante acertado, pues incluye los consumos reales en su día a día de cada usuario. A nivel agregado permite hacerse una composición bastante aproximada según el uso medio que puede hacer un usuario normal. Por supuesto, los que hagan un uso intensivo por  ciudad, por autopista, o que no se ajuste a la media, tendría que tener en cuenta ese aspecto, pero lógicamente, tenemos que basarnos en datos medios, no es posible hacer un estudio particular según su uso.
Por ejemplo, un coche híbrido es muy eficiente en ciudad, especialmente respecto a un diésel, pero este último rebaja bastante los consumos en autovía respecto a un híbrido, y por supuesto bastante más sobre un gasolina puro.

No tenemos en cuenta los consumos homologados anunciados por los fabricantes porque como todos sabemos, son pruebas bajo el ciclo NEDC que no refleja la realidad ni siquiera de forma aproximada.


Consumos a los 100 Km

Uno de los datos que no se suelen tener en cuenta a la hora de evaluar la compra de un vehículo es el gasto en mantenimiento. Sin embargo, no es un gasto menor, ya que a lo largo de la vida del vehículo puede suponer bastante diferencia de unos modelos a otros.
Este dato lo hemos obtenido de los programas de mantenimiento que proporcionan los fabricantes. Por ejemplo Toyota proporciona una programación de mantenimiento para todos sus modelos cada 15 ó 20.000, de forma que es sencillo obtener los gastos en mantenimiento que vamos a tener a lo largo de la vida del vehículo. Por supuesto, en este gasto no se incluyen los mantenimientos no programados como cambios de ruedas, baterías auxiliares (12v), frenos o posibles averías, que en cualquier caso están muy relacionadas con el con el modo de conducción, o según el modelo concreto.
Un dato que puede generar cierta controversia es el relativo al precio de venta como coche de segunda mano. Estos datos los hemos obtenido de la página https://www.coches.com/super-tasador/ en la que se obtiene el valor en el mercado de segunda mano de un vehículo en función de su año de fabricación y los Km realizados. Para este estudio hemos establecido un valor de 15.000 Km anuales, que no siempre coincidirán con todos los usuarios, lógicamente. En cualquier caso, como cifra orientativa, creo que es bastante aceptable para los efectos de este informe. Los modelos de Hyundai Ioniq, tanto el eléctrico como el híbrido no enchufable, debido a que son relativamente nuevos no disponen de datos para ventas anteriores a 2017. Para calcular el valor de segunda mano, hemos supuesto una depreciación similar a modelos equivalentes, mediante una fórmula proporcional. Así para el modelo híbrido hemos supuesto una depreciación similar al Toyota Auris, de forma que el tanto por ciento que se devalúa año a año es igual a este modelo. Hemos procedido de forma análoga para el Ioniq eléctrico, en este caso con depreciaciones equivalentes al Nissan Leaf.


Valores en el mercado de 2ª mano


Entendemos que estas valoraciones no son necesariamente reales, y por supuesto los precios de venta a igualdad de años y Km pueden ser distintos según los casos, pero creemos que son valores representativos de lo que puede valer un coche de esas características con esos años de vida.
Los precios de combustible son los aplicables a septiembre de 2018. Como es lógico, estos datos varían constantemente, normalmente al alza, con lo cual es quizá el dato más variable de todos los usados en el cálculo.

Capítulo 2. La hoja de cálculo

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